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Vista con Título | Refiere un Amigo |

Publicado en:12 Abril 2005 8:46 pm
Última actualización en:20 Marzo 2009 8:24 pm
3747 vistas
Esta noche, más caliente que de costumbre, me entusiasmé con la idea de entrar a una sala de chat de ADULT FRIEND en Buenos Aires. Y por fin tener una verdadera sesión de sexo virtual, húmedo y caliente.
¡¡¡ Pero Tán caliente!!!
Que llegué a casa y tenía dificultades para salir del coche y caminar. Acomodándome como pude aceleré hasta el ascensor, donde ¡claro! estaba la del tercero que de solo verle la pechera turgente, marcada por las escarapelitas de sus pezones, replicó mi erección y consistencia.
Pero..., La imagen de la nena de la foto se fue a la mierda cuando como siempre me encontré solito el la sala de Chat.
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Publicado en:12 Abril 2005 8:43 pm
Última actualización en:5 Marzo 2006 9:27 pm
3546 vistas
Retomando energía, adrenalina y calentura, montándome en la cantidad de comentarios que imaginé debían haber sido incluidos en mi Historia Erótica publicada en La Revista (La misma con la que debuté en este BLOG, y que puede leerse sin correcciones de edición, mas abajo).
...Pero, ... suerte que la mina me soltó a tiempo, porque en la fantasía fui centrífugamente despedido contra una pared cuando se me ablandó el trozo y se le escapó a la nena de la mano.
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Publicado en:12 Abril 2005 8:39 pm
Última actualización en:5 Marzo 2006 9:27 pm
3598 vistas
Pero la ilusión, el optimismo, (y una calentura acumulada, e insatisfecha de la gran ) me animó con un impulso de excitación que naciendo del raje escroto-anal, me enderezo la piola con una energía casi canguril. Retorné a la página principal que no revisé al entrar motivado por los contactos, guiños, invitaciones con los que me encontraría,...

La Flaca de la foto no me despreció definitivamente porque era virtual, que sino, no me animo a mostrarme por el site otra vez
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Podr
Publicado en:11 Abril 2005 4:55 pm
Última actualización en:10 Noviembre 2013 2:28 pm
3908 vistas

Esto pasó hace unos cuantos años atrás. Podría haber sido una fantasía, pero pasó mas o menos como lo cuento.
Estaba en el aeropuerto de la Vegas en tránsito desde San Francisco y camino a Londres donde estaba circunstancialmente residiendo. En la barra del bar, en el sector de embarcados, tomando un trago, cuando se sienta en una butaca separada de la mía por dos o tres lugares, una maravillosa rubia de piel mate cobriza y rasgos suaves y atractivos. De formas evidentes pero para nada exuberante. Al contrario, mas bien compacta y firme.
Ambos estábamos con anteojos de sol, y a los pocos minutos ambos nos sacamos los mismos para confirmarnos que estábamos buscándonos con la mirada.
Me acerqué y hablamos de las trivialidades que se hablan en esos casos. Pero de mi lado el interés sexual por esta mujer se hizo sentir con la sensación de la presencia semientumecida de mi pene que me empezó a acompañar intermitentemente desde ese momento.
Era Sueca y volvía a su país con una estadía de un día en Londres.
Embarcamos juntos y como el vuelo estaba relativamente vacío nos sentamos juntos en una fila del medio sin otros pasajeros cercanos. En uno de los laterales viajaba una pareja que se dedicaba a ellos mismos. Seguimos conversando animadamente mientras sentía el calor de sus piernas sin medias, casi descubiertas por la mini-minifalda que usaba, atravesando mis pantalones de verano cada vez que Anna los apoyaba y movía ¿inocentemente? contra mi pierna.
Hacía calor, y antes que llegara la camarera con el servicio de cena, Anna se desabotonó los primeros ojales de la blusa dejando al alcance de mi vista sus pechitos pequeños pero firmes, coronados por una pequeña areola rosa oscuro y de acuerdo a los movimientos que el hacernos cargo de la bandeja de comida implicaban, también ocasionalmente un pezón erguido orgullosamente, el pequeñín, tratando de hacerse notar, cuando se inclinaba dejando toda su tetita a la vista, o levantando la seda de su blusa en una llamada que no podía ignorar. De hecho debí acomodarme disimuladamente el pene que ya mas que entumecido intentaba hacerse lugar entre los pliegues de mi pantalón.
Debo haber disimulado bastante bien, porque minutos después y mientras habían continuado los insistentes rozamientos de las piernas y la insinuatoria firmeza de sus pechitos cada vez más atrevidos, Anna con una mirada entre curiosa y provocativa me pregunta: __Decime, ¿vos sos Gay?__
Confundido solo atiné a decirle que no, y por que me lo preguntaba.
Me contestó poniendo una mano sobre mi pierna, deslizándola suavemente hacia arriba:
¿y entonces por qué todavía no nos besamos?
Nos besamos mientras tanto su mano se ocupaba de liberar a mi pajarito abriéndome el cierre relámpago y el cinturón. Y la mía con acceso menos restringido se deslizo sorprendida por humedades inesperadas hasta su entrepierna que irradiaba un calorcito promisorio. Deslice mis dedos por su tajito inflamado y sugerentemente entreabierto para introducir apenas acariciando el vestíbulo el dedo mayor, mientras el pulgar se ocupó de encontrar su clítoris, ya erecto y sorprendentemente grande. Casi como un pequeño pene de un centímetro. Vibraba y pulsaba respondiendo a mis caricias.
Su mano, mientras tanto había pedido ayuda a su compañera y entra ambas me acariciaban el tronco de la pija que no siendo particularmente grande había alcanzado dimensiones sorprendentes. Mientras me anillaba el tronco en una caricia insoportable, su otra mano se deslizo hacia mis testículos acariciando y sopesándolos. Y esta vez fue su dedo mayor el que se fue corriendo hacia atrás para tímidamente insinuarse en mi ano con unos toques suaves y apenas superficiales pero rápidamente repetidos en la puertita de mi ojete.
No quise quedarme atrás así que yo también y aprovechando mi mano empapada por sus flujos vaginales le introduje sin tanta timidez todo el dedo del medio suave pero profundamente en su culito, que lo recibía apretando y soltándolo con el anillo muscular de su ano.
Un suspiro y un quejido audibles anunciaron la intensidad del orgasmo de Anna. No dejé de acariciarla acompañando su placer, pero la preocupación por la exposición pública cortaron el mío.
Por suerte porque, por un lado la parejita del extremo del pasillo, evidentemente enteradas desde hacía un rato de lo que pasaba se dedicaban con cierto disimulo a tareas similares.
Pero en cambio la Azafata se acercaba no sé si advirtiendo que algo pasaba o simplemente a recoger las bandejas de comida que habíamos dejado en los asientos del costado. Disimulamos como pudimos, y habiéndose ido la azafata, Anna con un susurro me dijo: __Ahora te toca a vos__
Se acuclilló de costado en el pasillo, y reabrió mi bragueta mientras terminaba de desabotonar la blusa dejando al alcance de mis manos y más dificultosamente de mi boca las delicias de sus tetitas con la turgencia excitada de sus pezones que me hacían acordar al magnífico clítoris que acababa de aterciopelar.
En esa posición con una mano retomó las caricias de mi pija hinchada y anhelante, mientras su mano derecha se sumergía en su entrepierna. Creí que buscaba un nuevo orgasmo, pero no. Retornó su mano húmeda y lubricada para volver a deslizarse hasta mi culo donde suave y sabiamente introdujo su largo dedo medio para hacerme un masaje prostático que casi no le dio tiempo a introducirse mi pedazo en la boca para lengüetearlo, succionarlo suavemente y recibir mi acabada sublime e imparable golosamente. Un hilito de semen que se le escapó por la comisura de los labios los usó para humedecer sus pezones que según dijo le ardían.

Cuando llegamos a Londres aceptó pasar la noche conmigo en la casa que compartía con amigos. Ella viajaba al otro día a Suecia desde Hethrow.
Pero esa será otra historia verídica.
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Podr (8)doom501
16 Deciembre 2005 6:22 pm